Pero antes, quiero dejar esta entrada aquí, porque es algo que me apetece escribir, y sí, es posible que esta entrada traiga algo de polémica.
El otro día, como de costumbre, estaba en youtube, y en eso de que vas de vídeo en vídeo, acabé en el Rincón de Pensar, un programa de Antena 3 presentado por Risto Mejide. El vídeo en concreto era un fragmento a la entrevista a Amarna Miller. Por si no la conocéis, Amarna es una actriz porno española. Cuando acabé el vídeo decidí mirar las otras pues me pareció muy interesante.
Como feminista tengo que decir que no tengo nada en contra de los y las trabajadores/as sexuales, siempre y cuando no sea ofensivo (en el sentido de que siempre haya consentimiento, y que ninguno de los respectivos individuos trabajen bajo condiciones en las cuales no se sienten cómodos).
Si sois como yo, muchas veces lees los comentarios de la gente, y me di cuenta de lo idiota que llega a ser la gente. Había comentarios positivos, claro. Pero me costó encontrarlos.
Hay una cosa que no me queda clara. ¿Por que el hecho de ser un trabajador sexual te hace tonto?
Amarna, como muchas otras personas en el mundillo, no son menos inteligente. Tonto es aquel que se esconde detrás de un ordenador para soltar semejantes tonterías. De hecho, en un momento de la entrevista, Amarna cuenta la razón de su nombre, y tiene que ver con historia del arte, y en realidad es muy interesante. Es una persona que sabe lo que hace y que trabaja con sus condiciones, lo que me parece muy acertado. Hay un momento de la entrevista donde habla de los controles de ETS en América. Cuenta como ahí si hay un actor o actriz enferm@, se paran los rodajes, y que eso implica una seguridad mayor a la hora de grabar. Pues una de sus misiones es traer ese sistema a Europa, ya que en Europa el sistema es seguro, pero no tan efectivo.
Todo esto me lleva al fenómeno
O la misma Amarna y otras actrices porno. ¿Por que ellas son unas guarras y Nacho Vidal es el puto amo?
Es un poco injusto la verdad. El cuerpo de cada uno, es cosa de su persona. Tú decides que haces con tu cuerpo, y nadie debería decirte que tienes que hacer o dejar de hacer.
Para acabar, quiero aclarar que esto no es en contra del sexo masculino. De verdad que hay tíos que son un trozo de pan, y al menos tienen respeto.